* Autoridades del distrito donde nació Benito Juárez, les quitaron sus derechos de voz y voto, robaron y quemaron sus pertenencias sin que el gobierno estatal y federal haga nada.
*Autoridades de la agencia San Matías, perteneciente a Nuevo Zoquiapan, Ixtlán de Juárez , hostigaron 7 años a la familia, hasta que los expulsaron bajo amenazas de muerte por ser cristianos.
Bloque de Periodistas de Oaxaca
“Entre los Individuos como entre las Naciones, el Respeto al Derecho Ajeno es la Paz” es la máxima de El Benemérito de las Américas, Benito Juárez García, originario de San Pablo Guelatao, perteneciente al distrito de Ixtlán, lugar donde ocurre éste indignante caso, en el que la familia Santiago Paredes, compuesta por cuatro menores, papá, mamá y abuela, fueron desterrados de su comunidad, destruido su hogar, robados de sus pertenencias y despojados de su patrimonio y dignidad bajo amenazas de muerte, por autoridades municipales de la agencia San Matías, perteneciente a Nuevo Zoquiapan, distrito de Ixtlán de Juárez, por el hecho de no profesar la religión que la mayoría de los habitantes practica (Católica).
Según la solicitud de medida cautelar enviada al titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Arturo de Jesús Peimbert Calvo, la familia Santiago Paredes señaló que desde hace más de siete años han sido objeto de fuertes agresiones y violaciones a sus derechos humanos y garantías individuales.
Andrés Santiago Hernández, esposo de Rosita Alvires Paredes Cuevas, hijo de doña María Tomasa Hernández Hernández, relata que en el 2010 se instauró en su localidad la fiesta patronal en honor a San Matías Apóstol, desde entonces sufrían de agresiones “menores” hacia ellos, pero que en el 2015 se enfrentaron al odio religioso de las autoridades en turno, luego que, según su propio testimonio “de manera maliciosa por parte de algunos integrantes de la localidad, me nombraron presidente de la comisión de festejos en honor a dicho santo, a pesar de saber que soy cristiano desde 1999 pues pertenezco a la asociación denominada Iglesia de Cristo Restaurada del Séptimo Día”.
Por sus convicciones ideológicas, no podía aceptar dicho cargo, pedía le fuera conmutado por otro o bien podía pagar a un “mozo”, como le llaman en San Matías Zoquiapan, para desempeñar dicha tarea, tal como se estila en la localidad, pero la respuesta de algunas autoridades y habitantes, señaló, fue tajante: “Si no cumples con el cargo encomendado, te atienes a las consecuencias, y te tienes que ir del pueblo con toda tu familia” subrayó el demandante.
Amenaza que finalmente cumplieron y de la peor forma, después de muchos abusos, como girar oficios a empresas de transporte para que no les dieran servicio ni a ellos ni a sus hijos, lo que los obligaba a caminar mas de cuatro horas de ida y de vuelta para realizar sus actividades diarias, expulsarlos de la asamblea comunal, rescindir sus derechos por completo, encarcelarlo, obligarlo a pagar multas, robarles sus tierras y cosechas, entre muchas otras vejaciones de las que los hicieron objeto, todo esto aún cuando Andrés Santiago ha vivido desde siempre en ésta comunidad, al igual que sus ancestros, de haber servido a la localidad con los diferentes cargos que se le habían asignado de acuerdo a los usos y costumbres de la zona, al igual que su esposa, mamá e hijos; a pesar de esto, la autoridad municipal dio inicio a una campaña de hostigamiento en su contra por ser “cristianos”, cosa que no toleraron y que han llevado hasta las últimas consecuencias en el afán de imponerse por la fuerza.
“Fue el 21 de octubre del 2017 cuando causaron destrozos en mi casa y nos dejaron en la calle. Todas nuestras pertenencias las perdimos porque llegó la autoridad amenazándonos, agrediéndonos y sacándonos de nuestro pueblo”, afirmó, Rosita Alvires, la madre de familia quien continúa su relato, “mi esposo no estaba en casa, sacaron a mi suegra que es de edad avanzada a rastras, alcancé a sacar a mis hijos y luego metieron una retroexcavadora y vimos como delante de nosotros destruyeron nuestra casita, que con tanto esfuerzo habíamos construido como familia, con lo poco que teníamos; luego de saquear lo que pudieron, le prendieron fuego”.
La familia lograba sobrevivir de la venta del producto del campo que entre todos producían , lo que incluye la fruta de los árboles que cultivaban, pero en ese mismo día, las autoridades, cegadas por su odio, talaron sus árboles y los quemaron, lo mismo que sus siembra y cosecha, hasta su leña les robaron, hoy, a poco más de tres meses de la tragedia final que vivieron, tratan de sobrevivir en la capital del estado, rentando un pequeño cuarto para todos, sobreviviendo de lo que pueden, con grandes esfuerzos tratando de mantener a sus hijos en la escuela, mientras piden que las autoridades superiores del estado de Oaxaca y la Defensoría de Derechos Humanos, hagan algo por reconstituirles sus derechos y garantizar su seguridad.
“Pedimos encarecidamente la intervención del señor gobernador del estado, Alejandro Ismael Murat Hinojosa, para que los agresores nos devuelvan lo que es nuestro, nuestra casa y lo que nos han robado y destruido”, dijo el padre de familia Andrés Santiago Hernández, además piden que la DDHPO y el propio gobierno, cumplan con su papel de defensor de los débiles y abusados, que se les restituyan sus garantías individuales y que puedan regresar a vivir tranquilamente a su domicilio en la agencia de San Matías, perteneciente a Nuevo Zoquiapan, distrito de Ixtlán de Juárez.
RECUENTO DE HECHOS VIOLATORIOS DE SUS GARANTÍAS INDIVIDUALES
15 de enero del 2016.- agente municipal y suplente Alfredo Pérez Beteta, Demetrio Pérez Vásquez respectivamente y el regidor único, Julián Bautista Alavés ordenaron el encarcelamiento de Andrés Santiago por un lapso de 12 horas, por no aceptar el cargo de presidente de la comisión de festejos en honor a San Matías Apóstol; obtuvo su libertad al pagar 300 pesos de multa.
8 de febrero 2016.- Andrés Santiago, al acudir a nueva asamblea fue sacado violentamente y encarcelado para enseguida informarle la autoridad municipal que tenía 72 horas para irse de la población; en caso contrario, le dijeron, quemarían su casa, le cortarían el suministro de agua potable, procederían a quitarle sus terrenos comunales y que lo darían de baja del padrón de comuneros.
Al cumplirse las 72 horas, Alfredo y Demetrio Pérez, así como Tito Méndez Hernández e Isaías Miguel López, tenientes de policía, procedieron a cortar el suministro de agua del domicilio de la familia Santiago Paredes; se llevaron un camión rabón y una y media tonelada de leña que tenían almacenada para uso cotidiano, así como arrancaron piedras que servían como cimiento de su vivienda paras que se derrumbara. Existe expediente 845/2015 en el Juzgado Octavo de Distrito donde se le concedió la suspensión definitiva del acto reclamado y en su oportunidad el amparo de protección de la Justicia Federal, pero en ningún momento fue restituido en sus derechos.
A mediados del mes de agosto del 2015, Alfredo Pérez y Julián Bautista no dejaron participar como Señorita América a la hija de Santiago Hernández, quien fue nombrada por sus calificaciones y buena conducta en la telesecundaria del lugar, ya que la autoridad había desconocido a Andrés Santiago; también sus demás hijos no tenían derecho de participar en ningún evento de las instituciones escolares, mucho menos en la comunidad.
11 de octubre del 2015.- Andrés Santiago fue desconocido como comunero; fue sacado de la asamblea que se realizó en la cabecera municipal de Nuevo Zoquiapan y no pudo manifestar nada en su defensa.
10 de febrero del 2016.- Fue corrido por el nuevo agente, Nicolás Emiliano Beteta, quien había convocado a tequio en camino de terracería, al indicarle que ya no era comunero y en el mes de abril del mismo año, Jesús Ramírez Miguel, presidente del Comisariado de Bienes Comunales de Nuevo Zoquiapan, le decomisó la leña que llevaba en su camioneta con capacidad para ¾ de tonelada, según por indicaciones de Nicolás Emiliano; también quisieron quitarle su camioneta pero Jesús Ramírez se abstuvo, al indicarle el agraviado que denunciaría por robo la unidad de motor.
Mayo del 2016, Jesús Ramírez, por instrucciones de Nicolás Emiliano despojó a Santiago Hernández de una hectárea de terreno de sembradío; el terreno se lo entregó a Jesús, su hijo, de nombre Martín Ramírez Pérez; en la medida cautelar indica que, en esta misma fecha, la autoridad municipal giró oficios a quienes se dedican a transportar mercancía y pasaje a la ciudad de Oaxaca e Ixtlán de Juárez para que no trasladaran a su esposa Rosita quien es la encargada de expender sus tortillas que fabrica y frutas que se dan en la región para la manutención de su familia.
Diciembre del 2016.- el Comisariado de Nuevo Zoquiapan, Alberto Hernández Hernández, así como Tomás Bautista Alavés, Jesús Bautista López y Lázaro Vásquez Hernández, del Consejo de Vigilancia, así como el jefe de límite , acompañados del agente Nicolás Emiliano, le quitaron su terreno ubicado a orilla del pueblo y se lo entregaron a Jorge Pérez Ramírez, Job Méndez Miguel y a Marcelino Pérez Hernández, a pesar de poseer suficientes terrenos en la población.
15 de enero del 2017.- las mismas autoridades talaron tres mil quinientos árboles de encino y pino, además de otras especies que tenía Andrés Santiago sembradas desde hace más de 40 años, terrenos que eran patrimonio de sus cuatro hijos y que utilizaron para sembrar maíz.
Cinco de febrero del 2017.- Los ya señalados, de otro terreno propiedad de la familia Santiago Paredes, ubicado cerca del río debajo de San Matías se llevaron cinco rollos de manguera, dos aspersores de riego, quemaron plantas de chícharos que tenían sembradas.
Siete de mayo del 2017.- en otro terreno ubicado a orilla del pueblo, a pesar de que se encontraba en dicho lugar Tomasa Hernández, mamá de Andrés Santiago, de 65 años de edad, prendieron fuego a la casa de madera que utilizaban para guardar enseres de trabajo y leña; además, tumbaron árboles frutales: 40 perales, 15 duraznillos, cuatro ciruelos, tres aguacates criollos y quemaron flores que tenían sembrados; además amenazaron a Tomasa Hernández al decirle que desaparecieran de San Matías porque si no iban a quemar la casa donde residía.
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