• Enrique López Pedro tiene 55 años y lleva 47 elaborando esculturas en barro como parte de un oficio familiar.
Bloque de periodistas de Oaxaca.
Enrique López Pedro aprendió el oficio de la alfarería en barro negro cuando apenas contaba con ocho años edad, como una forma de ayudar a sus padres en el trabajo, es originario del municipio de San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, lugar donde fue aprendiendo a como moldear el barro del que salían diversas figuras a las que poco a poco aprendió a definirle rasgos particulares. Ahora con 55 años de edad expone dentro de la Casa de las artesanías ubicada en la capital de Oaxaca de Juárez, lugar donde se condensa la riqueza de las tradiciones que ofrecen las ocho regiones del estado.
Explicó que en sus inicios, lo tradicional era moldear cántaros para el agua o las famosas ollitas para el mezcal, pues eran de las únicas piezas que se trabajaban, pero con los años fue imaginando más personajes hasta darle forma a impresionantes figuras que dan rostro al gran mosaico cultural oaxaqueño y mexicano, que van desde la representación de las calendas, festividades, bailes y todo un trabajo de remembranza de lo que acontece en el estado, hasta la cotidianeidad de las mujeres indígenas haciendo tortillas para el almuerzo.
“Mi trabajo es sobre todo para dar a conocer a personas que no están muy cerca de nosotros, como son nuestras costumbres, por ejemplo el baile del guajolote en una boda, el bautizo del niño, todo eso me preocupo de plasmarlo en barro y le damos ese mensaje a nuestra gente y a nuestro misma familia y compañeros, entre nosotros nos pasamos nuestras costumbres”, explicó.
El material con el que trabaja es barro negro, el cual prepara en su taller con otros componentes y, al secarse, después de ser moldeado perdura su firmeza. Aunque es originario de San Bartolo Coyotepec, conocido a nivel local, nacional e internacional como “la cuna del barro negro” ya tiene 30 años viviendo en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca.
Nulo apoyo del gobierno a los artesanos en Oaxaca.
Actualmente Enrique López Pedro, como presidente de la comisión de vigilancia de la Casa de las artesanías de Oaxaca, refirió que el apoyo del gobierno del estado hacia los artesanos es casi nulo, ya que dijo, hay una infinidad de productores que no tienen ninguna relación con las instancias gubernamentales, en especial con el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías.
En su experiencia, explicó que el artesano que inicia siempre vive al día, esforzándose en la elaboración de sus piezas, para ofrecerla a las grandes tiendas que en las mayoría de las veces devalúan el trabajo de los artesanos pagando hasta menos de la mitad de su precio, y por la necesidad de llevar el sustento familiar, muchos de ellos se ven obligados a malbaratar su trabajo.
“Las carencias son terribles, a mí me pasaba, lo primero que me decían, ya tengo mucho de eso, aunque mis trabajos fueran diferentes, ese es el principal obstáculo del artesano con su producto, que lo paguen a la mitad o hasta menos de su precio real, y todavía no se paga al contado, en abonos y con malos tratos”, señaló.
López Pedro refirió que muchas veces al artesano ni siquiera lo conocen, pues los compradores identifican más a la persona que comercializa dado que él es quien mantiene un contacto permanente con el mercado, que aunque dijo, resulta necesario, es una situación que afecta al productor, ya que el artesano está en su pueblo, en su región, metido en un rincón donde no lo ven y que sólo sale cuando necesita vender algo de su trabajo, y es cuando se enfrenta a una serie de dificultades, dado que la gran mayoría no cuenta con un espacio para exponer sus artesanías.
“Los artesanos tienen que medio vender su trabajo y todavía no te lo pagan bien, hay muchas limitantes, como la falta de recurso para la compra del material y las pérdidas que se llegan a tener por la falta de un espacio digno de trabajo, a veces ya tienes una tanda de unas quince o veinte piezas y las vas a quemar y por algún motivo no está techado tu espacio porque no hay dinero, llueve y se te echan a perder las piezas, y ya perdiste mucho tiempo de trabajo y material”, detalló.
Dijo que otro inconveniente por el que tienen que pasar los artesanos es la tramitomanía, donde las instancias correspondientes requieren un sinfín de requisitos que en la mayoría de los casos los productores desconocen y por esa razón quedan fuera de las convocatorias y no tienen acceso a los recursos.
“A veces nos enteramos que bajan recursos para el artesano y uno se acerca para preguntar sobre lo que tenemos que hacer para que nos apoyen, y salen con que haz un proyecto, dime como está tu taller, y si mi centro de trabajo es pequeño y está refundido, pues te dicen que no reúne los requisitos y mejor ni te acerques, y el artesano va a tener que seguir vendiendo sus piezas a como se las paguen”, aseveró.
Y es que a decir del artista, el gobierno ha carecido totalmente de programas eficientes de investigación, desarrollo, abasto de materias primas e insumos, capacitación, profesionalización, promoción, comercialización y difusión que sirvan para el impulso y la mejora de la calidad de vida de las familias de los artesanos, “el apoyo debería ser parejo para todos los artesanos”, añadió.
Resaltó que es necesario que el gobierno de Oaxaca en coordinación con el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías debiera analizar minuciosamente a través de un estricto estudio socioeconómico la situación familiar de los artesanos y tener un registro de cuantas personas dependen del oficio que realiza, ya que dijo, los funcionarios al frente de las dependencias desconocen el tema, “así tal vez se ayudaría a quien verdaderamente lo necesita”, afirmó
Don Enrique recordó que hace aproximadamente 17 años, un grupo de artesanos, ante la necesidad de exponer sus productos directamente al público y al no haber apoyos por parte del gobierno estatal, decidieron organizarse y fundar la Casa de las artesanías, donde actualmente se ofrecen productos de las ocho regiones de Oaxaca y es visita obligada del turismo que no puede salir del lugar sin haber comprado por lo menos una pieza.
Actualmente la Casa de las artesanías está ubicada en la capital de Oaxaca de Juárez y está integrada por 55 talleres familiares y cuenta con una extensa riqueza de artesanías en barro negro, talabartería, alebrijes, textiles, mantelería, joyería, hamacas, productos del Istmo y muchas más, donde los asistentes tienen un contacto directo con los artesanos que las elaboran.
martes, 20 de marzo de 2018
Persisten limitantes para detonar el sector artesanal en Oaxaca
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