Luis García Castillo se encontraba en un recorrido en su lancha por costas de Oaxaca, cuando notó varias tortugas prietas muertas y otras aletargadas, una hembra Juvenil casi inconsciente aún presentaba signos vitales, por lo que sin dudarlo la subió a su bote y le suministró aire, a través de sus fosas nasales.
También un macho adulto tenia dificultades para respirar y coordinar sus movimientos, así que Luis no dudó en hacer lo propio, finalmente los dos ejemplares se reincorporaron y recobraron la vitalidad.
Víctimas de la marea roja y los cambios de clima, estos dos ejemplares lograron salvarse gracias a la ayuda del pescador y no tener el mismo destino que sus cientos de compañeros que han aparecido en últimos días en costas de Huatulco y alrededores, sin vida.
Finalmente los dos ejemplares fueron dejados con personal del Centro Mexicano de la Tortuga, en manos de Martha Harfus, para su monitoreo y cuidado.
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